Construir el Deseo Sexual. ¿Porqué no nos deseamos como antes?

Una consulta que a los sexólogos no nos sorprende y  posiblemente a vos tampoco es la del señor o  señora que consultan, después de 30 años de casados, porque ya no sienten lo de antes, el deseo sexual o lo que puede ser peor, que ya no sienten nada.

Uno enseguida se pregunta cómo se llegó a esa situación, si hubo algo que desencadenó el problema, o si de a poco el deseo fue desapareciendo.

Lo que sorprende   es cuando esta consulta la hace una pareja que están juntos hace solo un par de años, y cada vez es más frecuente esta consulta de parejas jóvenes.

¿Deseo sexual espontáneo?

Lo que es común detrás de todos los casos en los que no hay deseo o está muy disminuido, es una creencia, falsa pero efectiva, de que el deseo tiene que ser espontáneo. 

Es verdad a veces suele parecer espontáneo, pero solo es así en algún momento de la vida, y así como aparece y puede sorprendernos, desaparece si no nos ocupamos de estimularlo.

El deseo sexual es como una planta.

Si dejamos que una planta solo se riegue con la lluvia, habrá temporadas de lluvia donde crecerá, pero también habrá temporadas de sequía donde correremos el riesgo de que se muera.

Lo que sucede realmente es que el deseo es como una planta de interior, es delicado y  si no nos ocupamos de regarla / cuidarla seguramente no sobrevivirá.

De joven mi deseo sexual era espontáneo!

Cuando somos muy jóvenes o cuando empezamos una relación, no siempre, pero muchas veces las cosas parecen funcionar solas, pero a medida que pasa el tiempo, si no nos ocupamos, las cosas dejan de funcionar. La realidad es que nunca funcionaron solas aunque en algunos momentos se necesita menos estímulo para arrancar.

El deseo sexual es el resultado, siempre, de un estímulo que lo antecede. 

En el caso de la falta de deseo puede ser el resultado tanto de un estímulo negativo que lo debilito, de un estímulo inadecuado o de la ausencia de estímulo.

No hay deseo sexual sin estímulo.

Así como hay estímulos que lo fortalecen, hay otros que lo debilitan. Podríamos decir que hay una lucha entre estímulos que potencian y otros que inhiben.

Los inhibidores del deseo sexual:

Algunos de los estímulos que debilitan el deseo son la rutina, el maltrato, el estrés, la desconfianza,  la ansiedad y  las preocupaciones.

Los estímulos que refuerzan el deseo sexual:

Y algunos de los estímulos que fortalecen el deseo son el enamoramiento, los besos, los juegos,  las caricias, las buenas actitudes, el buen trato, pequeños gestos positivos y  la confianza.

Y ahora te hago algunas preguntas: 

¿Cuáles son los estímulos que a vos te encienden? Y cuales te apagan? Si tenés pareja: ¿Sabés cuáles son los estímulos que lx encienden? Y los que lo apagan? El/Ella sabe cuales son los estímulos que te encienden o apagan a vos?.

En las respuestas a estas preguntas van a encontrar la respuest a la pregunta:

¿Porque ya no  nos deseamos como andas?

Y vas a poder saber por donde empezar a construir el deseo sexual.